-ANEXO 1.
Lenguaje icónico y lenguaje verbal en el ordenador
Estrella Martínez Rodrigo
1. CONSIDERACIONES GENERALES
Debemos partir de que para los sistemas digitales lo gráfico es un tipo de información tan maleable como lo textual o lo literario. Letra y dibujo son la misma cosa: mapas binarios.
La verdadera revolución podría describirse como la fusión de letra e imagen: para un ordenador, una letra puede ser un dibujo y un texto literario una imagen.
Los ordenadores están produciendo un vuelco total en los lenguajes, géneros, estilos, etc. Y, como consecuencia, también en el público. Se impone el aprendizaje de nuevos lenguajes: el inglés, que es ya base de toda la tecnología; el de los ordenadores, que no es otro que el saber manejarlos y conocer su lógica (como un coche o un vídeo) y, por supuesto, el de las imágenes: saber leer en ellas nociones como inestabilidad, simetría, simplicidad, complejidad, transparencia, opacidad, profundidad, llaneza, desorden, secuencialidad, agudeza, contraste, etc. A esa habilidad para interpretar y manipular mensajes visuales, se le ha llamado visualidad o alfabetismo gráfico.
La tendencia humana general es precisamente gráfica, visual, más que literal. Entender las cosas fácil y rápidamente, de un vistazo, por complejas que sean. Pero todos los lenguajes se mezclan constantemente a la vez y en el tiempo, dándose difícilmente uno de ellos en estado puro, aunque es en ese estado donde hay que congelarlo para su estudio, teniendo en cuenta que tanto
la realidad como el lenguaje que la expresa están en continuo cambio.
Pero, además, la información gráfica puede ser tratada también en el ordenador -con técnicas específicas- como un arte informativo a caballo entre lo plástico y lo literario. La belleza es parte del lenguaje gráfico como lo es del lenguaje literario (Bense, 1957). Lo visual implica siempre abstracción, esencialidad. Las imágenes están -a su modo y en muchos casos- más cerca de
las ideas que las palabras. El lenguaje visual puede acceder a lo universal y no sólo a lo particular; dependiendo del grado de iconicidad, son palabras, conceptos, ideas. Podemos considerar lenguaje una señal de carretera, o la silueta con faldas o pantalones de las puertas de los lavabos, y un mapa de la URSS en una publicación determinada o un logotipo en la televisión o la señal de la hora en la radio.
Icono, en cambio, hace referencia a la semejanza entre la imagen y lo representado por ella. No hay consenso en cuanto a la definición de iconografía, sobre todo en cuanto a la inclusión o exclusión de la fotografía dentro de sus márgenes.
Es propio de la iconografía la interpretación, el significado, el contenido y el sentido. Lo visual constituye un lenguaje propio, distinto, anterior incluso en la historia de la comunicación entre hombres, y anterior también en la vida de cada hombre que relaciona antes el habla con los objetos, dibujos, imágenes, que con él, en ese momento, complicado e inextricable conjunto de signos misteriosos que componen un texto escrito. Las imágenes también se aprenden antes que el significado de las letras. Así los hombres entendemos la palabra perro y su significado, aun cuando vemos perros tan notablemente distintos.
El perro es un animal común. Su esencia es código de significación para todos los hombres que en castellano lo llaman perro, en francés chien, en inglés dog, etc., pero todos ellos poseen intelectualmente la esencia de perro, y dibujarían unos perros muy parecidos, si se les pide que lo hagan en las mismas condiciones. Las representaciones iconográficas pueden trascender los idiomas aunque esto no quiere decir que sean más o menos universales que las mismas expresiones en lenguaje escrito.
Los grados de abstracción de las imágenes y de los textos escritos no dependen de la generalización de su uso, sino de su proximidad con la representación de las esencias de lo significado o del referente: el grado de abstracción y el de inteligibilidad son paralelos.
En cuanto a los grandes avances tecnológicos (Aguilera, 1990) relacionados con lo visual en los medios de comunicación, se pueden considerar fundamentalmente cuatro: el grabado; la fotomecánica; el cable y la digitalización. En la digitalización se da la separación entre la fotografía y lo visual no fotográfico, y finalmente la unión de ambos sistemas en un mismo proceso.
Se amplían las posibilidades de confección, directamente según un código digital o mediante la digitalización de los gráficos y dibujos realizados de forma clásica. La facilidad de procesamiento de sistemas ya muy difundidos como el fax o el scannig de la información lingüística textual, están igualando los modos de trabajo con ambos lenguajes. La digitalización de la información visual es la gran causante de la revolución gráfica en los medios de comunicación social, permitiendo el uso generalizado del lenguaje visual.
2. ABSTRACCIÓN E ICONICIDAD
La capacidad humana de conocer depende directamente del nivel de abstracción de la persona, o conceptualización. La experiencia de lo exterior a nosotros mismos nos llega a través de los sentidos externos. Los cinco universalmente aceptados: vista, oído, tacto, gusto y olfato. A través de ellos nos comunicamos con el mundo exterior. Conocer es poseer inmaterialmente e intencionalmente. Pero conocemos a través de los sentidos, pues son ellos quienes comunican nuestras potencias interiores -inteligencia y voluntad- con el mundo exterior y real que nos rodea.
Precisamente es el mundo de lo real el que nos aparece como un caos de sensaciones particulares, y cada una sería un nuevo dato en una inteligencia saturada, si el sentido común, la imaginación y la memoria, -sentidos internos- no nos auxiliaran, estableciendo las relaciones entre lo ya conocido y las nuevas sensaciones recibidas. Por esto, conocer intelectualmente supone la universalización de lo conocido sensiblemente. Sabemos que hace calor no porque hayamos sentido muchas veces calores, sino porque nuestro intelecto ha universalizado el calor. Sabe lo que el calor es. Y llamamos al caballo de ese modo porque sabemos que los caballos (sean de la raza que sean) aun siendo muy distintos entre sí, pertenecen al mismo género o forma
del universal caballo.
El conocimiento puramente sensible nos da el saber de lo particular. El intelectual, en cambio, nos permite conocer lo universal en lo particular. El conocimiento estrictamente sensible es animal, el intelectual, impregnado de toda sensibilidad, es humano.
El lenguaje visual gráfico o iconográfico implica habitualmente abstracción aun cuando se plantee en términos de hiperrealismo.
Siempre un lenguaje icónico tiende a la abstracción por ser un modo de expresión que busca la realidad en los códigos universales.
Es interesante establecer una diferencia entre la iconografía de cosas artificiales -hechas por el hombre- y la de cosas naturales.
Las primeras podrían ser consideradas prototipos en cambio las naturales no tienen propiamente un modelo estándar; su iconografía es posterior a su existencia por lo que la dificultad en aproximarnos a su esencia es evidentemente mayor. Es la abstracción la que permite al código visual, icónico, superar a la naturaleza y sus leyes mostrando de un solo golpe los pasos de un
proceso, el interior de un cuerpo opaco o un ente de razón como el unicornio.
La abstracción supone el arribo de una imagen visual a la condición de código. Un código visual, icónico, es acertado cuando descubre lo abstraído y lo muestra de modo que sea entendido por todos como expresión del concepto universal que representa o significa. Cada imagen visual sería impensable, se presentaría sin significación ni sentido sin la representación provocada por la imaginación. La imaginación y la memoria son suficientes para organizar las sensaciones externas a partir de la experiencia; en este proceso juega un papel preponderante la analogía. Signo iconográfico puede ser, entonces, una abstracción analógica dibujada. Estas condiciones distinguen al icono de otras expresiones gráficas. Es propia del signo iconográfico la analogía con la realidad y, por tanto, su condición de signo auto significante.
Para la profesora Dondis (1986) existen tres niveles de expresión visual: la representación que significa la particularidad;la abstracción que significa universalidad; y el simbolismo que es producto de una convención. Los tres niveles interactúan constantemente en los mensajes visuales.
Teóricamente no se podría decir, por ejemplo, que una letra (expresión gráfica convencional de un fonema) sea un signo icónico.
Su significación es puramente convencional y no analógica. La lengua es un sistema de significantes y significados lineal, digital (no hay analogía entre un buey y la palabra buey). En cambio, sí habría analogía en algunas palabras onomatopéyicas o que han nacido a partir de una semejanza real entre la cosa y su designación fonética. Un icono es una imagen reconocible provenga este reconocimiento de la analogía llamada natural o esté establecida por una convención o analogía convencional.
Naturaleza y convención, analogía natural o artificial, convención analógica o arbitraria, son componentes variables de los códigos de significación de los lenguajes, sean estos visuales o lingüístico-fonéticos. En unos casos pueden actuar unos, porque han sido aprendidos (como un idioma en una academia) o porque son parte de la cultura visual, o porque, aun por el mismo instinto, llegamos a reconocerlos, como la oveja el peligro por el olor del lobo. Ambigüedad, error en el descubrimiento del código, equivocación en la abstracción son causas perfectamente posibles de la oscuridad de un lenguaje verbal como lo son los sonidos o las interferencias (Bliss, 1978).
3. SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS ENTRE EL LENGUAJE ICÓNICO Y EL VERBAL
3.1 Semejanzas entre los dos lenguajes
* Tanto el lenguaje icónico como el verbal implican habitualmente abstracción.
* Ambos lenguajes pueden constituir "textos" en cuanto cuentan con elementos capaces de formar series con significado.
* Ninguno de los dos lenguajes es capaz de plasmar objetivamente la realidad, por muy hábilmente que haya sido utilizado.
* Tanto las palabras como los iconos son signos de las cosas, mientras que los conceptos son semejanzas.
* Los dos contribuyen a vestir la verdad con el lenguaje adecuado para embellecerla y transmitirla válidamente, ya que la persona no puede hacer y entender las cosas sin ese ropaje.
* La belleza semántica -verbal o icónica-: es la belleza de los signos, de cada uno de ellos sin contar la relación con el todo.
* La creatividad: la aportación de nuevos códigos a un lenguaje para mejorar la información o la comunicación.
3.2. Diferencias entre los dos lenguajes
* La previsibilidad de los códigos. Los lenguajes verbales son codificables y catalogables mientras que las maneras de dibujar el referente de la palabra son imprevisibles.
* El lenguaje iconográfico no es sistematizado ni convencional. Así como las letras de un alfabeto corresponden a sonidos, las imágenes corresponden a ideas.
* La escritura es un lenguaje visual lineal. La información lineal no es relación, es codificación. Sólo tiene dos dimensiones.
Los lenguajes visuales analógicos tienen una sintaxis basada en los modos de conocimiento humano: relación y perspectiva.
* En la infografía, la persona se aleja del mensaje, al quedar atrapado por formas de letras o de dibujos preestablecidas en el ordenador, lo que le impide conseguir el toque personal que logra con la pluma o el pincel.
* Los dos lenguajes pueden crear ficción, pero en el caso del mensaje escrito, en ningún momento dejamos de reconocerla como un acto de la imaginación.
* En el texto escrito es más fácil la localización de cualquier secuencia, anterior o posterior, y su señalización con fines de relación, recuerdo, etc.
* El lenguaje verbal permite una mayor relación con la naturaleza y con las personas, al encontrarse libre de los condicionamientos de lugar y de código que impone el ordenador.